En el cincuenta y tres vivía un niño hasta que ayer se fue dejando en esa casa
aromas de niñez, un infinito amor por él, la cama que lo vio crecer, ropa desordenada…
Su madre se pregunta dónde está, su padre lo sale a buscar
y sus hermanas le dicen: “Papá
¿a dónde vas…?, el niño que se fue no volverá…”
Es la vida, simplemente la vida con su paso implacable, con sus flores y espinas,
es la vida, simplemente la vida con sus contradicciones que rompen la rutina,
el regalo que nos hizo Dios… simplemente la vida.
En el cincuenta y tres
vivía un niño hasta que ayer se fue dejando en esa casa
a un hombre, que se parece tanto a el… que hasta se llama como el
y tiene su mirada…
Su madre se pregunta “¿este quien es…?”, su padre no sabe qué hacer,
si hablarle de tu o si hablarle de usted, pero… ¡ay que ver!
que nunca se termina de aprender…
Es la vida, simplemente la vida
con su paso implacable, con sus flores y espinas, es la vida,
simplemente la vida con sus contradicciones que rompen la rutina,
el regalo que nos hizo Dios… simplemente la vida.